¿Por qué mirar el horizonte nos produce un sentir diáfano dentro de nosotros?

Mirar un amanecer nos aporta algo indescriptible…

Ver las olas del mar meciéndose nos hipnotiza…Sentarse al borde de un acantilado y mirar un precipicio expanden nuestra mente.

Hay un sin fin de contemplaciones que nos paralizan el funcionamiento ordinario sensitivo de la mente. En otras palabras, rompen la manera en la que vemos  las cosas.

Quizás, sea porque nuestra infinitud conecta con la grandiosidad de la naturaleza y al contemplarla se conectan con ésta y por eso, el estado de conciencia cambia y nos volvemos más sensibles con aquello que observamos.

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