EL PODER DEL SONIDO
En esta sesión específica vamos a practicar cuatro mantras.
Meditar sin dependencias ni artificios es el camino hacia la comunión contigo mismo.
La recitación de mantras no es algo que produzca algo mágico o sobrenatural en nosotros. Sencillamente el mantra, las palabras que se recitan son un sonido. Ya se sabe que cantar alivia las penas. En realidad cualquier cosa que cambie tu atención de lugar, tiene un efecto determinante en tu estado de consciencia. Así que los mantras, más allá del significado que tengan su mayor beneficio reside en el sonido que produce en tu mente.
También la coordinación con la exhalación es otro aspecto importante a tener en cuenta cuando se recitan mantras. Hay mantras muy largos y otros realmente cortos. El más conocido es el OM. Seguido del popular OM MANI PEME HUM. Pero hay mantras que se recitan mientras se hace un tipo de yoga determinado o una práctica meditativa concreta. Lo más importante del mantra es la capacidad pulmonar que llegas a desarrollar gracias a estirar la exhalación junto con el sonido que emites.
En esta sesión específica vamos a practicar cuatro mantras.
El OM
El OM AH HUM
El OM MANI PEME HUM
El OM AH HUM BENZA GURU PEMA SIDDHI HUNG
Conocerás la diferencia entre cantarlos, recitarlos o mantrearlos. La manera en la que se leen tiene que ver directamente con la actitud con la que se practica. No es lo mismo cantarlos que leerlos en susurros o que mantrearlos para modular la voz y profundizar en el armónico natural que todos tenemos. En definitiva, en esta sesión aprenderás a respirar para poder desarrollar tu capacidad sonora y a sacar el sonido desde la garganta, el plexo y el vientre.
El sonido es vibración y cada cuerpo y ser humano, tiene una vibración particular. Descubrir tu propio sonido te resultará muy interesante ya que mantener es algo que limpia la mente de impresiones mentales y propicia la meditación. Con unas pautas y algo de práctica ya no necesitarás escuchar audios o músicas para relajarte y transportar tu mirada al interior. Tu serás tu propia vibración y al experimentarla te fundirás con ella.
Meditar sin dependencias ni artificios es el camino hacia la comunión contigo mismo.