TALLER DE POSTRACIONES MEDICINALES EN SAMADHI SALUD
En los años 60 un lama tibetano viendo la cantidad de enfermedades que sufrían los indios, comenzó a
practicar postraciones todos los días durante todo el día. Debido a su ferviente devoción y voluntad
increíbles, este lama practicaba 5000 postraciones diarias y es de esa práctica es de dónde surgió la
postración medicinal que hoy has aprendido aquí.
Este es el motivo por el que esta postración en concreto, no está en internet, ya que este maestro solo la
enseñaba a personas que estuvieran enfermas y tuvieran que luchar por su vida. Por eso las tres fases de
esta postración son diferentes a las de las postraciones del monje y del peregrino.
La postración medicinal es un ejercicio canalizado por este lama, que vio con total claridad, que
practicada de un modo particular, la mente de la persona se transforma por completo, sanando la
raíz que hizo enfermar el cuerpo.
La medicina no puede explicar cómo algunos individuos, como mi propio maestro, cambiaron el
resultado de los análisis, teniendo una carga viral de partículas en los líquidos de 5000, lo que significa
que a una persona le queda unos pocos meses de vida.
El promedio de una persona sana suele rondar de 350 partículas víricas a 500 aprox. Mi maestro bajó
hasta 300 partículas de carga vírica en líquidos después de un año haciendo postraciones medicinales.
Valga esta pequeña introducción para que conozcas un poco de donde proviene este ejercicio que ha
llegado a nuestros días gracias a este maravilloso maestro del Tíbet..
He enseñado el ciclo de postraciones a muchísima gente. De toda condición social. Creyentes y
agnósticos. Mayores y jóvenes. Mujeres y hombres. Y no puedo dejar de compartir contigo algo para que
tengas en cuenta.
Escribir un motivo de peso para hacer el ciclo en una libreta. Es muy importante la motivación
por la que vas a realizar esa práctica. Si tu motivo es superficial no durarás ni tres meses
haciéndolas. La motivación por la que lo haces tiene que ser seria y verdadera, subestimar este
ejercicio es fracasar antes de empezar.
Leer la motivación antes de empezar y apuntar el número que has hecho al terminarlas.
Nunca puedes hacer menos del número al que te has comprometido. 108,216 o 500. La cifra se
tiene que mantener durante todo el ciclo. Si por algún motivo te ves capaz de subir a otra cifra,
tendrás que acabar el ciclo en ese nuevo número. Ni un paso atrás.
No puedes fallar ni un solo día. De la misma manera que no dejas de comer ni un solo día. En el
hipotético e improbable caso de que no puedas hacerlas porque estás de viaje o has tenido un
contratiempo de vida o muerte, tendrás que hacer el doble al día siguiente del número al que te has
comprometido.
Las tres fases se realizan en los tiempos adecuados que has aprendido en el taller.
Las postraciones se realizan en solitario y en silencio.
Cuando ya llevas tiempo, tienes que hacerlas a una velocidad mayor.
No hables demasiado de lo que practicas hasta que no acabes el ciclo.
Esfuérzate al máximo en hacerlas conforme las has aprendido, no cambies nada porque te
cueste hacerlas de manera correcta. No te desanimes. Sé persistente y rebélate contra tu propia
pereza y laxitud.
Al acabar el ciclo enséñaselo a otra persona para que la sabiduría se esparza por el planeta.
Cuando acabes el ciclo verás como nada especial ha ocurrido pero si haces un ejercicio de
memoria, he intentas ver quién eras antes de empezar el ciclo y quién eres ahora, te sorprenderá
descubrir que no eres la misma persona.
Las postraciones llegan verdaderamente a la raíz de nuestros traumas, de la enfermedad o
deficiencia que estemos padeciendo; de nuestra debilidad más íntima que nadie conoce, ni
tan siquiera nosotros mismos debido a la ignorancia en la que vivimos.
De cualquier manera, este ejercicio profundo como ningún otro que conozca, toca esa profundidad de
la cual no somos conscientes pero que condicionan nuestra psique y personalidad, porque aunque su
simpleza es “paradójica” sólo han acabado un ciclo de postraciones, cinco personas de cientos de ellas
a las que se lo he enseñado. Quizás, tú que lees esto seas el sexto, quién sabe.
Así que si decides hacerlo piénsalo, reflexiona…escudriña tu deseo profundo e impulsor para llevar a
cabo ese ciclo de postraciones que indudablemente purificaran tu personaje, tu mente, tu energía, tu
cuerpo.
En un mundo donde el discurso es que “todo está bien” ya está bien de no hacer aquello que sabes
que puedes hacer ¿Podrías asegurar que mañana no vas a morir?
Práctica este Dharma. 111.111 postraciones.
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