TODOS ESTAMOS CONECTADOS
Hace mucho tiempo que me di cuenta de cómo un pensamiento ejercía un poderoso efecto sobre mi cuerpo, mi mente y sorprendentemente sobre las personas que me rodean.
Después entendí que a los demás les ocurría lo mismo y algunas personas eran conscientes de ello.
La vida y las relaciones humanas se convirtieron para mí en un entresijo de encrucijadas, sincronicidades y más aún, de muchísimas sensaciones que se producían al entrar en contacto con los que me rodeaban, tanto los conocidos como los desconocidos.
En la vida hay muchísimas cosas que experimentar pero de todas ellas las que se producen en el contacto con los demás, son las que más me han hecho pensar, reflexionar; las que más consciencia me han aportado.
Es muy cierto que gracias al otro, tenemos la oportunidad de vernos a nosotros mismos, porque no solamente son las sensaciones que nos provocan las acciones de otra persona, sino nuestras propias reacciones vistas a través de los ojos del otro lo que nos enseña donde nos encontramos, como reaccionamos, en definitiva, donde nos encontramos a nivel humano.
El mundo se está desfragmentando, vivimos una distopía de presente donde el absurdo y la estupidez humana están marcando e impregnando el ánimo de las personas, como ya ocurriera en otras épocas humanas. Realmente siempre lo hemos tenido difícil.
Que el mundo social este turbulento, el planeta enfermo, no debería de ser solo nuestra única preocupación, no, no es lo más importante. No lo es tanto como el hecho de que pase lo que pase, nos tenemos los unos a los otros. Sí has leído bien, los unos a los otros. Tanto si las cosas fueran bien como si van mal, todos estamos siempre apoyándonos en los que amamos, en los que queremos. Los hay que lo hacen en la familia, otros en la pareja, en los amigos e incluso, los hay que se dedican por completo a los desconocidos. En todas las culturas del mundo las personas se apoyan los unos a los otros. Mientras sigamos manteniendo ese espíritu de hermandad, pase lo que pase viviremos las circunstancias de una forma muy distinta a como las vivimos cuando no nos fiamos de nadie y por lo tanto, no ayudamos a nadie y con ello, nadie nos ayuda a nosotros.
Todos estamos conectados. Conocidos y desconocidos, todos, absolutamente todos, estamos conectados. Lo que ocurre es que nuestras maneras de entender la vida son tan disparatadas unas de otras que la aversión y la atracción se balancea de manera equilibrada. Realmente no sabemos muy bien quién es quién en esta vida. Los amigos a veces acaban convirtiéndose en enemigos, el desconocido en su hermano, los padres en enemigos. Pienso que aparte de las creencias de cada uno la existencia no es lo que parece ni tampoco tenemos una idea clara del por qué estamos aquí ni de por qué somos como somos. Verdaderamente tenemos que realizar un ejercicio de humildad y comenzar a darnos cuenta de nuestra incapacidad y del error en el que vivimos. Esta posición nos hará sentirnos más unidos a todos en este viaje que es la vida.
Estamos viviendo tiempos de mucha red social, de muchísima interconectividad, tenemos a nuestro alcance todo el conocimiento que deseemos, nuestras posibilidades de contacto hoy en día son a nivel planetario. La tierra ya no es un lugar enorme desconocido, es más, hemos descubierto que no hay grandes diferencias entre las personas de distintos continentes, tan solo en los sistemas de creencias, religiosos y políticos somos antagónicos, en lo importante y esencial somos exactamente igual. Defendemos a nuestros seres queridos, disfrutamos del tiempo con los nuestros, buscamos el amor y el bienestar para nosotros y para los seres que amamos… En todas partes somos los mismos seres humanos luchando por lo mismo. EL hogar, libertad, el amor, atención sincera, que nos comprendan, compartir nuestro tiempo…sentirnos plenos y llenos, tener un sentido de por qué vivimos.
Es increíble pensar en todo esto y ver como verdaderamente un pensamiento ejerce un poderosísimo efecto determinante en nuestro futuro inmediato, en nuestro cuerpo, en nuestra mente, en nuestro corazón. Piensa de una manera que pueda ser beneficioso para ti, para los que te rodean, para apartar el miedo del que nace la negatividad, para determinar tu intención interna y así disolver la dualidad en la que vivimos mayormente.
Existen límites a la sabiduría del ser humano,
arbusto débil sacudido por el viento.