Hace más de veinticinco años me fui a vivir con mi maestro a las montañas de Selda, en Navarrés.
Allí construimos, poco a poco, un centro de artes marciales y mentales.
Mi maestro, Iván, viajó a India, donde estuvo con los monjes tibetanos. Tiempo después yo viajé a Thailandia, a un campo de entrenamiento. Así decidimos unir lo aprendido construyendo una mezcla de centro multidisciplinar de artes marciales y de meditación tibetana.
El Ying Tae Camp nació de esa unión de experiencias.
La disciplina de los monjes budistas junto con la disciplina de los chicos de un campo de entrenamiento de thai boxing, crearon una forma de entender el entrenamiento físico y mental de una manera genuina y singular hasta ese momento.
El campo de entrenamiento se construyó a lo largo de nueve años con tan solo los medios del espíritu, como un día comentó Iván, mi maestro.
Años después, el maestro falleció y continúe el proyecto con Encarna.
Con ella el campo tomó una forma más atractiva. Vinieron cientos de personas de todas partes de España para entrenar los distintos estilos que allí practicábamos.
Después de diez años más, el Ying Tae Camp se transformó en un lugar de paz y sosiego, donde la energía femenina comenzó a dirigir el campo.
Desde entonces el Ying Tae Camp se bautizó con un nuevo nombre más acorde al servicio que daba.
Hoy en día, El Jardín de Selda, es un lugar , donde todo aquel que desee estar en paz y disfrutar de la naturaleza puede hacerlo.
Además de los retiros que nosotros mismos realizamos, cualquier persona puede pasar unos días disfrutando de un poco de espacio e intimidad. Familias, grupos de amigos, reuniones para debatir o celebrar eventos, etcétera, son algunos de los casos en los que se puede disfrutar de las instalaciones y del enclave privilegiado donde se encuentra.
Las pistas de entrenamiento se han transformado en lugares para charlar, tomar infusiones o sencillamente pernoctar.
Disfrutar de la comida vegetariana que Encarna realiza con todo el amor del mundo, dar paseos por sus maravillosos acantilados o meditar un poco en su Gompa, el espacio dedicado a la meditación por el que han pasado cientos de personas dejando su buena energía, son algunas de las cosas que puedes hacer si decides estar en el jardín de Selda.
Tan solo tienes que contactar por el medio que te sea más cómodo y reservar tus días con antelación y te sorprenderá descubrir un nuevo lugar en la Comunidad Valenciana.