TRANSFORMACIÓN EMOCIONAL

Somos seres sintientes y por lo tanto sentimos, nos emocionamos, nos identificamos con ese sentir. Hasta aquí no tendría que haber ningún problema en ser cómo somos. La cuestión es que en muchas ocasiones nos sentimos de una forma que por un lado, o no queremos estar así o no sabemos cómo transformar esas emociones debido en gran medida a la carencia que tenemos de todo dominio.

Así que mientras tengamos sentimientos agradables no tenemos la necesidad de cambiar nada, de practicar ningún método en particular. Pero cuando sentimos aflicción nos cuesta muchísimo soportar.En este sentido no podemos evitar sentir lo que sentimos pero sí podemos transformar esas emociones en lo opuesto.

Lo que ocurre es que para realizar algo así, hay que atravesar la aflicción en concreto con total consciencia. Esto significa que debemos realizar un examen de causas y condiciones para averiguar el origen y la raíz de esas emociones.

De entre todas las emociones que están estudiadas, tanto por el budismo tibetano como por la psicología moderna podemos destacar tres raíces principales emocionales. Ira, deseo e ignorancia.

Trabajando con la raíz de las emociones atenuamos las que se manifiestan de estas tres.

Indagar sobre la raíz de la ira, el deseo y la ignorancia es en sí mismo la transformación emocional más profunda y directa con la que podemos obtener un dominio emocional considerable.